Pasaste de ser un simple desconocido, a ser un alguien. De un alguien, a ser una persona a la cual veía en mi vida cotidiana. De ello, a formar parte de una de las cosas que más me gusta hacer. De ahí, te adentraste cada vez más y más hasta conocerme, saber mis estados de ánimo y por sobre todas las cosas, preocuparte por ellos y hablarlos conmigo.
Y ahora, sinceramente, sos un AMIGO con todas las letras, y de esos completamente increíbles, que no voy a dejar por nada.
Gracias por todo, realmente. Espero que esto siga SIEMPRE, aunque en un tiempo no te vea tan frecuentemente.
Te quiero, te quiero muchísimo.
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