Se abren puertas y se cierran otras, al parecer ése es el equilibrio natural de la vida. Cosas, gente y situaciones que cambian constantemente equilibrándose con una perfección imperceptible, pero notable al fin y al cabo.
No podemos tener todo, tampoco tenemos nada. Tenemos lo que tenemos que tener en el momento que debemos tenerlo y con eso cometemos errores, aprendemos lo que no sabíamos, lloramos, reímos y disfrutamos de algo único irrepetible e irreemplazable como lo es nuestra vida.
Nuestra única tarea consiste en vivir. Tan simple. Tan complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario